La transformación
digital no es un tema tecnológico sino una cuestión de visión, estrategia,
cultura organizativa y rediseño de procesos. Es ser capaces de superar con éxito
el reto de la gestión del talento en tiempos de redes. De ahí́ la importancia
de los profesionales y su desarrollo profesional y el papel protagonista que
deben desempeñar los equipos directivos en el impulso inicial y en el apoyo
posterior y mantenimiento de esa transformación. La transformación digital es
una responsabilidad compartida, pero es sobre todo responsabilidad de los
equipos directivos adquirir un fuerte compromiso a la hora de impulsar el
desarrollo interno de la cultura digital y de estas competencias digitales. El desafío
digital exige a las organizaciones el desarrollo de una nueva cultura
empresarial soportada sobre un conjunto de nuevas competencias caracterizadas
por el papel protagonista de lo digital y que se desarrollan a través de la colaboración
y la construcción de redes. Digital, global, conectado y cambiante
[1] VIVIMOS
EN UN MUNDO DIGITAL
Al menos tan
digital como analógico. No existen dos mundos separados. Ambos se entretejen y
se cruzan. Se superponen y mezclan hasta conformar una sola realidad. En el ámbito
de las organizaciones sólo tiene sentido hablar, como siempre, de creación de
valor y objetivos de negocio, solo que ahora hay que hacerlo en un entorno
fuertemente impactado por lo digital. La digitalización está transformando la
sociedad generando nuevos retos y oportunidades de negocio. Y aunque
parezca mentira estamos tan sólo en el inicio el proceso. Apenas han
pasado 20 años desde que las primeras empresas comenzaron a usar Internet.
Primero como una herramienta que permitía hacer algunas de las
cosas de siempre de manera ligeramente diferente. Poco a poco, el fenómeno
fue creciendo hasta convertirse en esencial. Desde 1994 hasta 2004, asistimos a
su expansión acelerada impulsada desde empresas e instituciones. Las primeras
webs eran lugares planos, con poca profundidad y nula interactividad. Se
limitaban a ser catálogos de productos y servicios en un nuevo soporte. Con el
descenso de los costes de acceso y la universalización de la conectividad, el
entorno económico y social se fue digitalizando. Hacia 2004 la Red se hizo
social, las empresas volvieron la mirada hacia esa nueva Internet social.
Muchos de los procesos y las tecnologías de gestión empresarial se convirtieron
en sociales.
Hoy,
cualquiera puede publicar un video, editar una foto, escribir un post, comentar
un producto o recomendar un servicio. Somos agentes cada vez más activos en el
uso de la Red para resolver nuestros temas, informarnos, aprender, expresar
nuestras opiniones, querer ser escuchados, tenidos en cuenta y respetados. Ya
hay cerca de 4.000 millones de personas con acceso a la Red, con una
capacidad de comunicación como nunca antes. La conversación es relevante, la información
y el conocimiento se multiplican, los mercados se modifican y surgen a cada
instante nuevas oportunidades de negocio. Aceptar la transformación digital
significa asumir que hemos cambiado para siempre la forma en que nos
comunicamos, nos informamos, trabajamos, nos relacionamos, amamos o
protestamos. En el ámbito empresarial tienen ventaja los profesionales y las
organizaciones que han integrado mejor ambos mundos hasta convertirlos en
uno solo. Ya se evidencia que las organizaciones que han incorporado las lógicas
digitales son más competitivas, obtienen mayores beneficios financieros y
superan a sus homologas menos digitales al menos en tres ámbitos clave:
ingresos, rentabilidad y valoración en el mercado. De hecho algunos estudios
llegan a afirmar que en media las organizaciones digitales son un 26% más
rentable que sus competidoras menos digitales.
[2] GLOBAL E
HIPERCONECTADO
Los mercados
son globales, las organizaciones y los negocios son globales, los profesionales
son globales. Lo global se ha convertido en habitual y cercano. Lo digital ha
acercado lo distante, mezclado lo diverso y visibilizado lo periférico. La globalización
y lo digital han hecho más relevante que nunca lo local, los contextos, lo
diferente, los nichos de mercado, la especialización y la larga cola. A la globalización
de los mercados, productos, trabajadores y clientes se añade la movilidad y la
conectividad ubicua y en tiempo real de estos mercados y sus usuarios. La globalización,
la digitalización y la conectividad facilitan el surgimiento de nuevos modelos
de negocio y la entrada de nuevos actores. Amplia enormemente los retos a los
que se enfrentan las organizaciones y sus profesionales pero también las
oportunidades de negocio. Internet, la conectividad, la movilidad, la digitalización
de los medios de comunicación, las redes sociales y las herramientas de
software social han provocado el desarrollo de redes horizontales de
profesionales, la formación de comunidades de interés y de consumo y la construcción
de entornos profesionales de aprendizaje que conectan, como nunca
hasta ahora lo local y lo global, las demandas de los clientes con
las posibilidades de las empresas y además lo hacen en
cualquier momento y en cualquier lugar.
El nuevo
espacio de trabajo es un lugar global y conectado que necesita
profesionales que dominen un conjunto de nuevas competencias
caracterizadas por su carácter digital como el aprendizaje continuo, las
competencias colaborativas, la comunicación digital, el liderazgo distribuido y
la gestión de redes y comunidades.
[3]
CARACTERIZADO POR EL CAMBIO PERMANENTE Y ACELERADO
Junto con la
tecnología y lo digital, el cambio permanente es otra de las características de
nuestro tiempo. Vivimos en un mundo cambiante, innovador, disruptivo,
abundante, veloz pero también incierto y fragmentario. Ni siquiera el ritmo de
cambio es estable y cada día se acelera. Vivimos en un mundo dominado por las
llamadas leyes de lo digital, desde la ley de Moore (la potencia de los chips
se dobla cada 18 meses), a la ley de Kryder (la capacidad de almacenaje se
dobla cada 12 meses), pasando por la ley de Nielsen (la velocidad de transmisión
de datos se dobla cada 21 meses). Aumentan exponencialmente la información
generada, la capacidad de computación y la velocidad de transmisión de datos.
Vivimos en un mundo marcado por lo que Barry Schwartz denominó la paradoja de
la elección, Zygmunt Bauman la modernidad líquida y John Seely Brown la era
del flujo continuo. En este contexto surge como imprescindible nuestra
capacidad de adaptación, de resiliencia y de aprendizaje continuo. El cambio ha
traído consigo nuevas formas de organización empresarial, de comunicación
interna, de gestión de la información, de relación con clientes y grupos de interés
y de captación y retención del talento y ha fijado nuevos modelos de innovación
y negocio. La clave para las organizaciones y los profesionales es ser capaces
de ver el cambio como la oportunidad perfecta para adaptarse, aprender,
reaprender, evolucionar y avanzar. Ver la transformación digital como una gran
fuente de oportunidades.
La velocidad
a la que todo sucede, el cambio, la flexibilidad y la facilidad de los modelos
de consumo están provocando una proliferación de tecnologías disruptivas. La
convergencia de lo social, la movilidad, la nube, el big data y las
comunicaciones integradas conducen a su vez a más cambios, nuevas innovaciones,
más tecnologías y nuevas oportunidades de negocio. La presión digital sobre las
organizaciones llega desde muchos frentes: la evolución de la competencia
tradicional, los nuevos actores que irrumpen en el sector, los clientes, los
accionistas y los empleados; y llega también desde las lógicas diversas de la
productividad, la diferenciación, la ventaja competitiva, el mercado, la
responsabilidad social o el servicio al cliente. En este contexto se revela
cada vez más necesaria la capacidad de las organizaciones para captar talento,
retener el existente e incentivar los procesos internos de aprendizaje y construcción
de redes para la incorporación y la adquisición de las competencias digitales
necesarias para afrontar esta nueva realidad.
Las Escuelas Técnicas en Venezuela
Las Escuelas Técnicas en Venezuela
Resumen
Educación Técnica. Definición. Funciones. Objetivos. Marco Histórico Referencial: Escuela Progresista. Sistema Artesanal de aprendizaje.Adiestramiento Manual. Escuela Progresista. Períodos de la historia institucional de la educación técnica en Venezuela según Calzadilla y Bruni: Las primeras experiencias (1884-1936). Los primeros técnicos (1936-1945). La época gloriosa (1945-1969). La bachillerización (1969-1977). La nueva educación técnica (1977-1991). La nueva reforma (a partir de 1991). ¿Qué ha estado pasando con la educación técnica media en Venezuela? Las Escuelas Técnicas Robinsonianas: Refundación de las Escuelas Técnicas Proyecto 2000 – 2006: Lista de Referencias. Reseña biográfica de la autora.
Definición
Martínez (1999), señala que la educación técnica es parte de un sistema orientado al desarrollo y aprovechamiento del potencial humano. (p. 30).
Este autor también afirma que es un conjunto de opciones de política educativa adoptadas e implantadas con la intención de corregir ciertas discrepancias entre lo deseado y lo observado en el sistema para el desarrollo y aprovechamiento del potencial humano. (p.36).
Funciones
Calzadilla y Bruni (1994, p. 68) sugieren que la educación técnica debe ser evaluada según el cumplimiento de tres funciones básicas:
- 1. Socialización, promoción de la equidad interna y rendimiento del gasto público.
- 2. Contribución a la mejora del status social del egresado y rendimiento de lo que él mismo ha invertido durante sus estudios.
- 3. Pertinencia del talento que desarrolla en relación con las necesidades del sistema productivo.
Objetivos
Martínez (1999) señala que entre los objetivos de la educación técnica están:
- 1. Ayudar a la socialización del estudiante.
- 2. Contribuir a la mejora económica y movilidad socioeconómica del egresado.
- 3. Desarrollar el talento humano en forma pertinente a las necesidades del sistema productivo.
Marco Histórico Referencial
La educación técnica que se conoce en la actualidad, tiene sus raíces en tres modelos educativos que se sucedieron en el tiempo:
- 1. Sistema Artesanal de aprendizaje: El cual tuvo su apogeo durante la llamada primera revolución industrial y se mantuvo en uso hasta fines del siglo XIX. La enseñanza era individualizada o en muy pequeños grupos. Los artesanos maestros recibían cantidades muy limitadas de aprendices y los enseñaban al mismo tiempo en el que producían trabajos para sus clientes.
- 2. Adiestramiento Manual: Se inició en Estados Unidos, Rusia y otros países de Europa a fines del siglo XIX. Se daba instrucción en talleres para cada artesanía u oficio: Carpintería, plomería, herrería, entre otros. Cada uno de estos oficios era analizado desde la perspectiva de sus destrezas componentes; las cuales eran luego organizadas en orden pedagógico. Los cursos combinaban dibujos, planos, modelos y una serie sistemática de ejercicios que permitía adquirir una destreza específica, como un eslabón dentro de una cadena. De este modo, los estudiantes podrían progresar con mínima supervisión hasta lograr el nivel esperado de destreza.
- 3. Escuela Progresista: Fue un movimiento que nació en los Estados Unidos y Europa a fines del siglo XIX, como uno de los tantos intentos de algunos educadores que deseaban contener los efectos sociales negativos que el urbanismo y el industrialismo dejaban en las clases desposeídas de esas sociedades. Fue un movimiento por la democratización de las escuelas que trató de mover el foco del curriculum desde los contenidos de las disciplinas hacia los estudiantes y sus necesidades de desarrollo físico y social. La idea que originó este método fue la de permitir al estudiante que encuentre un propósito o sentido a las actividades de aprendizaje que realiza.